El suelo es uno de los principales recursos naturales con que cuenta el productor para asegurar su porvenir y el de la comunidad en su conjunto, siendo la base para desarrollar cultivos o la cría del ganado.
Debido a su importancia, es fundamental llevar adelante un manejo eficiente y responsable del mismo para lograr sostenibilidad en sus tres dimensiones social, ambiental y productiva, como así también que pueda ser sostenible en el tiempo.
Su uso irracional puede generar la alteración de sus propiedades, generando la pérdida parcial o total de sus capacidades. Los motivos pueden ser múltiples y variados como erosiones eólicas o hídricas, realización de desmontes, uso no racional del fuego, sobrepastoreo, labranzas inadecuadas o falta de rotación de cultivos, entre otras.
La responsabilidad de mantenerlo productivo no recae solamente sobre quienes estén directamente vinculados a su uso, sino también sobre la sociedad, respaldado en políticas públicas que colaboren con la preservación de este recurso que de una u otra manera intervienen o influyen en el desarrollo de los procesos productivos.
Cabe destacar que el Día Nacional de la Conservación del Suelo fue decretado en 1963 por la Presidencia de la Nación Argentina, en reconocimiento al Dr. Hugh H. Bennett, investigador que dedicó su vida a la preservación de este recurso natural.