A través de cientos de kilómetros, la región cuenta con una amplia oferta de atractivos alternativos a los de los grandes centros urbanos, que sin embargo guardan un infinito encanto. La Meseta de Somuncura, el turismo rural, ferroviario y paleontológico, la destacada gastronomía unida a la cultura de los lugareños y una gran variedad de flora y fauna autóctona atraen a turistas de todo el mundo a vivir una experiencia inigualable.
En el medio de inconmensurables escenarios áridos y ondulados con suelos apenas tapizados por una vegetación rala y escasa, aparece una de las geografías más espectaculares y deslumbrantes de la Patagonia: la Meseta de Somuncura, una altiplanicie originada hace 40 millones de años conformada por conos volcánicos, cerros y lagunas temporarias.
A través de diferentes excursiones que duran algunas horas o travesías que se extienden a lo largo de varias jornadas, los visitantes podrán acercarse a los misterios y las infinitas leyendas que guarda este histórico lugar combinando actividades de turismo aventura, turismo rural y turismo cultural. Los apasionados por la historia tendrán la oportunidad de descubrir en los bordes y faldeos de este atractivo huellas del pasado como restos fósiles o pinturas rupestres de los pueblos originarios.
Ascendiendo hasta la planicie que corona la meseta se encuentra un paisaje sinigual con una superficie cubierta de vegetación en la que predominan los coirones y lagunas que albergan colonias de flamencos, mojarras desnudas y ranas de Somuncurá. Durante las excursiones también se pueden avistar águilas, guanacos, lagartijas, zorros, chinchillones, choiques, patos, maras y caballos salvajes.
A lo largo de la Ruta Nacional 23 la Región Sur cobija localidades como Pilcaniyeu, Comallo, Valcheta, Jacobacci, Ramos Mexía, Ñorquinco, Sierra Colorada, Los Menucos y Maquinchao, dueñas de un patrimonio histórico y cultural invaluable que se conserva a través de edificaciones y lugares de interés como el Bosque Petrificado de Valcheta.
En este espacio, los visitantes podrán recrear, con la ayuda de guías especializados, cómo fueron los bosques que existieron hace más de cien millones de años, cuando la zona era subtropical y húmeda, con árboles gigantescos que posteriormente quedaron sepultados bajo las cenizas.
Con el correr de los años la incesante acción erosiva del viento y la lluvia hicieron emerger los restos de aquellos antiguos bosques, dejando al descubierto troncos petrificados que llegan a medir más de 30 metros y que conforman un gran atractivo digno de recorrer a pie o en bicicleta a través de unos senderos creados especialmente para la ocasión.
Esta alternativa es ideal para acercarse de lleno a la cultura esteparia y conocer a fondo cada destino, ya que los que decidan vivir la experiencia en primera persona tendrán la oportunidad de alojarse en viviendas habitadas por familias del lugar, pudiendo formar parte de la cotidianeidad de los anfitriones a través de la participación en tareas habituales como la alimentación de los animales o la esquila.
Al tratarse de espacios inmersos en grandes extensiones de tierra, también es posible disfrutar una amplia gama de opciones al aire libre como trekking, caminatas, observación de astros, paseos a caballo, mountain bike, safaris fotográficos o avistamiento de flora y fauna.
En este contexto, los turistas podrán sumergirse en el mundo culinario y participar de la cocina a fin de deleitarse con un sinfín de platos basados en materia prima regional como cordero patagónico y chivito al asador, o cocina a base de trucha, ciervo, jabalí, salmón, dulces y conservas caseros, entre otras cosas.
Quienes visiten la estepa tendrán la posibilidad de recorrerla de este a oeste a través del Tren Patagónico, que cada semana une Viedma con San Carlos de Bariloche permitiendo a los pasajeros apreciar a través de las ventanillas de la formación los inigualables paisajes de la región.
El Tren se convierte en el medio de transporte predilecto para los aventureros que desean llegar a los distintos rincones de la estepa provincial con el objetivo de vivir en primera persona una experiencia única de contacto estrecho con los pobladores que combina enseñanzas sobre su forma de vida, la cultura y las actividades que realizan.
Una vez en la zona, los turistas tendrán la oportunidad abordar la histórica Trochita, un tren de trocha angosta a vapor que recorre 43 kilómetros entre Jacobacci y Ojos de Agua, poniendo en valor la riqueza natural rionegrina, las costumbres y las formas de vivir de cada uno de los lugares que recorre.
En el marco de la apertura de las fronteras terrestres, fluviales y aéreas, visitantes de todo el mundo podrán elegir los encantos de la provincia para vivir un descanso inolvidable entre la diversidad de propuestas naturales que tiene para ofrecer.
Para ingresar al país y al territorio provincial, los interesados deberán presentar esquema de vacunación completo, test PCR negativo realizado hasta 72 horas antes del viaje y seguro de salud COVID, a fin de quedar exceptuados de la cuarentena obligatoria. Los menores de 18 años no tienen la obligación de presentar vacunación completa.