Se trata de una aventura prometedora en la que los visitantes tienen la posibilidad de toparse con ejemplares de ballena franca austral, lobos marinos de uno o dos pelos y distintas especies de delfines que se suman a una gran variedad de aves características de la región.
Las aguas del golfo albergan diversas especies, garantizando infinidad de oportunidades en lo que al avistaje respecta. En este sentido el Biólogo marino y pesquero, Raúl González, sostuvo que “esta actividad permite el encuentro con la fauna marina que uno no puede ver desde la costa. La experiencia de embarcarse y acceder al hábitat donde los animales se manifiestan de manera más natural es algo impagable, con la virtud de que cada salida es como una caja de pandora en la que no sabés con qué te vas a encontrar”.
Sobre las especies que pueden visualizarse de forma habitual, González destacó que “en prácticamente todas las salidas que se realizan se encuentran delfines comunes, oscuros y nariz de botella, aunque particularmente en algunas épocas del año aparecen en manadas regalando un panorama alucinante”.
Por otra parte, el especialista agregó: “Los lobos marinos, especialmente los de un pelo, tienen un potencial muy grande en la región, al igual que las aves marinas y costeras como las pardelas, los albatros, las gaviotas, los cormoranes, las garzas y los pingüinos de magallanes que conforman la imponente avifauna del lugar”.
En relación a las ballenas, el biólogo explicó que “la Franca tiene una estacionalidad muy marcada y el pico máximo varía, ya que están en expansión poblacional. Hay algunos años en los que se pueden encontrar muchos ejemplares y en otros cambian de lugar, es muy variable e incierto debido a que están recolonizando sitios que alguna vez habitaron”.
Desde mediados de agosto hasta finales de octubre es posible avistar ballenas francas en la bahía de San Antonio. Se trata de una especie imponente, con un tamaño promedio que ronda los 13 y 16 metros, y que se caracteriza por su tranquilidad, curiosidad y longevidad ya que viven entre 50 y 100 años.
En el golfo, a diferencia de la Península Valdés, las ballenas no llegan a parir sus crías, sino que se ven muchos animales solitarios o grupos de cópula conformados por 2 o 3 machos y una hembra, por lo que la composición de los grupos es relativamente diferente: “el plus que tenemos acá es que los avistajes se dan sobre grupos que no son sensibles desde el punto de vida biológico y que no representan riesgo alguno”, manifestó González.
“Cuando estás en el bote, al lado de una ballena, la escuchás respirar, ves la magnitud del tamaño, la suavidad con la que se mueve y cómo se comporta es una experiencia inigualable, impecable, como fenómeno turístico es muy superior a cualquier otro”, dijo, para finalizar.
Cabe destacar que este viernes 13 de agosto se realizará en Las Gruta la apertura de Temporada de Avistaje de Fauna Marina, con la presencia de autoridades provinciales y municipales, prestadores de servicios náuticos, instituciones, medios de prensa, turistas, y público en general, para dar a conocer las novedades de dicha actividad, así como también el resto de propuestas marítimas que tiene el Golfo San Matías