La locomotora anunció su partida con un silbido. La histórica Trochita, con un leve movimiento y el brote del humo, empezó su andar por las vías. La emoción se apoderó de cada pasajero que saludó de forma efusiva a las personas que quedaron en el andén, para dejarse llevar por un viaje único.
Esta joya del sur, un 21 de septiembre de 2018 volvió a andar para revivir la historia, para invitar a los presentes a observar la estepa patagónica en todo su esplendor y maravillarse con los paisajes.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, junto al presidente del Tren Patagónico, Jorge Maljasian y a la familia ferroviaria, acompañaron este día que permitió revivir anécdotas y momentos muy recordados por el viejo Expreso Patagónico.
También se hicieron presentes el gerente de la empresa, Alberto Llanca; el coordinador General del Consejo Federal de Turismo de la Nación, Claudio Massetti; la ministra de Turismo, Cultura y Deporte, Arabela Carreras; el ministro de Obras y Servicios Públicos, Carlos Valeri; el secretario de la Gobernación, Nelson Cides y demás autoridades.
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La empresa estatal Tren Patagónico puso nuevamente en funcionamiento este trencito a vapor con el objetivo de que sea un atractivo turístico obligado para las personas que visitan este lado de la Patagonia Argentina. Justamente, las dos locomotoras a vapor, los cuatro coches de pasajeros y el furgón de cola, fueron totalmente restaurados por personal de la empresa, utilizando recursos propios.
Es así que se invitó a operadores turísticos y agentes de viaje de Buenos Aires y la región, para que disfruten de este viaje que une pasado, presente y futuro.
La Trochita comenzará a operar regularmente a partir de noviembre próximo, con un viaje entre Jacobacci y Ojos de Agua. El servicio incluirá el trasladado en micro desde Bariloche a Jacobacci, el paseo en tren con almuerzo incluido y el regreso será por los mismos medios.
“La provincia de Río Negro tiene su mayor potencial de crecimiento turístico en esta región. Los turistas tienen la oportunidad de vivir una experiencia de Patagonia muy profunda a pocos kilómetros del aeropuerto internacional de Bariloche”, enfatizó la Ministra Carreras.
“El objetivo es que los habitantes de estos lugares muestren sus costumbres, su forma de vivir, las comidas típicas y las artesanías. El tren nos va a permitir poner en valor toda esta riqueza. Nos mueve el futuro a partir del turismo en toda la región”, destacó la Ministra, quien agradeció el sacrificio y el trabajo realizado por la cooperativa Ayufín Mapu.
El coordinador General del Consejo Federal de Turismo de la Nación, Claudio Massetti, también resaltó la importancia de mantener vivo este producto. “Tenemos que ser fogoneros para que este producto siga marchando porque el turismo es disfrutar, es experimentar, pero también es trabajo. Tenemos que alimentar y acompañar estos momentos”.
El viaje invitó a descubrir el Río Negro profundo. Disfrutando del calor de la salamandra y de las ricas tortas fritas y el café brindado por la cooperativa Ayufín Mapu, cada pasajero pudo disfrutar de las bellezas naturales de la provincia.
Historia viva
La rica historia de La Trochita está en los relatos de Bonifacio Benítez, quien era foguista; o en las anécdotas de Faustino Ramallo, instructor de la escuela técnica y en las historias del maquinista, Roberto Penroz. Los tres reconocidos por su trayectoria y dedicación.
“Ser foguista es lindo y difícil. Arrancábamos de Jacobacci y había que mantener la caldera con 11 kilos y medio para que la máquina tenga la potencia necesaria. La nieve era tremenda, estábamos uno o dos días sacando nieve, era impresionante”, contó Benítez en medio de la emoción al recordar esos momentos.
“Los chicos que van a viajar en esas máquinas fueron instruidos por mí. Me queda un resto de vida para dar un curso o contar anécdotas y la historia de La Trochita, como aquella vez en el año 84 que nos encontramos con 3 metros de nieve, fue tremendo”, agregó Ramallo, otro de los protagonistas de la historia.
La Trochita nació el 25 de mayo de 1945 con un viaje entre Jacobacci y Esquel, en la provincia de Chubut.
Para el común de los habitantes de la meseta, diseminados en pueblos como Mamuel Choique, Ojos de Agua, Cerro Mesa, Ñorquinco, Leleque, Lepá o Mayoco, el trencito era conocido simplemente como “El pata e´fierro”.
Era un servicio para llevar alimentos, remedios y cualquier encargue de las personas que vivían en esas zonas aisladas. Dichos encargos fueron habituales durante décadas y formaron parte de la idiosincrasia y servicio social de histórica Trochita que hoy vuelve a revivir.