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El Estado rionegrino trabaja fuertemente en las escuelas para erradicar la violencia entre pares

La escuela es uno de los primeros contextos, después del familiar, donde los chicos y adolescentes deben aprender a socializar. En este sentido, el Ministerio de Desarrollo Social se acerca a las escuelas primarias para brindar estrategias.

Fecha: 14 de junio de 2018

Acosar, intimidar, forzar a otra persona a hacer algo que no quiere, es una realidad común para muchos niños y adolescentes en las escuelas.

"Estas actitudes entre los estudiantes han existido siempre y por mucho tiempo este tema no ha tomado la relevancia que requiere, teniendo en cuenta las consecuencias y los efectos que producen en quienes la padecen. A través del Consejo de la Mujer, visitamos las escuelas, charlamos con los niños y niñas y con su equipo de docentes", señaló Laura Azanza, presidenta del órgano.

En este sentido, indicó que "nadie puede ni debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente puede llegar a sentir cuando es objeto de cualquier tipo de maltrato o intimidación".

El Estado Provincial se propuso profundizar el enfoque sobre una realidad latente en el ámbito educativo, a partir de un proceso de reflexión, con el firme objetivo de disminuir y erradicar el acoso entre estudiantes, promoviendo un ambiente armónico en el cual cada niño, niña o adolescente pueda desenvolverse y relacionarse con el otro de manera respetuosa e inclusiva.

Cada encuentro se nutre de un importante intercambio donde se escuchan todas las voces de los niños y adolescentes que en muchas ocasiones dan testimonio de las graves consecuencias del acoso escolar y lo que esto genera en las víctimas.

"Inmediatamente surgen las respuestas sobre qué se puede hacer para afrontar una situación de acoso: se les brindan las herramientas necesarias para comprender que todos los seres humanos somos diferentes, evitando la discriminación, la violencia y los prejuicios sobre el otro y se dialoga sobre la importancia de pedir ayuda a los docentes a fin de que intervengan en la situación", resaltó Azanza.

Mediante técnicas dinámicas y participativas, los estudiantes ponen en práctica actitudes de respeto, solidaridad y consideración hacia el otro, con la intención que sean multiplicadores de estos valores y conocimientos, para prevenir las conductas nocivas entre pares y alcanzar una educación inclusiva en contextos saludables de aprendizaje.

 

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