La inspección forma parte de un operativo provincial que incluye más de 100 controles mensuales y que mide lo que se denomina como producto técnico, que es parte de su programa de control de calidad del servicio eléctrico con el objetivo de verificar que la calidad de la energía eléctrica que llega a los hogares sea la adecuada.
“Hoy estamos haciendo el control del producto técnico, que de nuestra parte consiste en chequear que los equipos estén bien colocados, que la medición se realice de forma correcta, las pinzas donde deben estar, para garantizar que lo que registró ese equipo sea una medición válida”, explicó el ingeniero Martín Carrizo, técnico del EPRE, durante la inspección. El dispositivo se instala en el domicilio del último usuario del circuito, porque es quien suele ser más vulnerable a las variaciones de tensión, y permanece allí durante diez días.
El producto técnico es, en palabras sencillas, la calidad de la energía eléctrica que vende la distribuidora. “La distribuidora te vende energía. Y para ver si esa energía es buena, tenemos que medirla. Nosotros chequeamos que estén los parámetros que son buenos y si es así, le damos el ok. En caso contrario, le pedimos a la distribuidora que corrija lo que sea necesario para que al usuario le llegue una energía correcta, buena”, agregó Carrizo.
Una mala calidad de producto puede traducirse en distintos perjuicios: desde el titilar de las luces hasta el desgaste silencioso o la rotura de electrodomésticos. “Toda la gama de productos eléctricos está pensada para funcionar en un rango de tensión. Si se sale de ese rango, no se puede garantizar su funcionamiento correcto”, advirtió el técnico.
Los datos registrados se envían al EPRE en forma encriptada y luego son analizados. Si más del 3% del tiempo medido el servicio estuvo fuera de los parámetros permitidos, se considera que hubo mala calidad de producto. En esos casos, la distribuidora debe compensar económicamente al usuario, y si no corrige la situación, puede ser sancionada.
“Hasta que no tengamos un registro que diga que toda la semana estuvo bien para ese usuario, le vamos a mandar a medir, y medir, y medir, hasta que eventualmente dé correcto”, explicó Carrizo. Hoy el EPRE instala entre 100 y 120 equipos de medición por mes en toda la provincia, como parte de un plan que busca monitorear todos los circuitos eléctricos en un plazo de diez años.
“Hoy estamos en Allen con 10 equipos instalados. En Viedma hay otros tantos, en Sierra Grande también. Es una tarea permanente para que cada usuario reciba un servicio seguro, estable y con buena calidad”, concluyó Carrizo.